¿Te imaginas pasear por las encantadoras calles de Córdoba mientras tu estómago ruge de hambre? Esta ciudad no solo es famosa por su impresionante arquitectura, sino también por una oferta gastronómica que hará que tus papilas gustativas bailen de alegría. Tras varias visitas a la ciudad, he decidido sumergirme de lleno en la escena culinaria cordobesa y descubrir lo que realmente se cuece en sus restaurantes, bares y cafés. ¿Listo para una aventura gastronómica con aire cordobés?
Comida Típica de Córdoba
La gastronomía de Córdoba es un festín para los sentidos, repleta de sabores que reflejan la rica historia andaluza. Ingredientes como el azafrán, las almendras y las especias se entremezclan con recetas tradicionales que incluyen berenjenas. Algunos de los platos más emblemáticos que no te puedes perder son:
- Salmorejo Cordobés
Una crema fría espesa hecha con tomate, pan, aceite de oliva, ajo y vinagre. Se sirve con trozos de jamón ibérico y huevo duro. Es más denso que el gazpacho y emblemático de la ciudad. - Rabo de Toro
Guiso tradicional de rabo de toro cocinado a fuego lento con vino, verduras y especias. Surgió como plato vinculado a la tradición taurina y es muy apreciado en temporadas frías. - Flamenquín
Rollo de cerdo relleno de jamón serrano y queso, empanizado y frito. Crujiente por fuera y jugoso por dentro, es un clásico de la gastronomía cordobesa. - Berenjenas con Miel
Rodajas de berenjena fritas, servidas con miel de caña o de abeja. Combina lo dulce y lo salado, típico en bares como tapa o acompañante. - Pastel Cordobés
Postre de hojaldre relleno de cabello de ángel (dulce de calabaza) y frutas confitadas, espolvoreado con azúcar glas. Influenciado por la herencia árabe. - Carrillada Ibérica
Carrilleras de cerdo (mejillas) estofadas en vino tinto o salsa de almendras hasta quedar tiernas. Suele acompañarse con puré o patatas. - Perol Cordobés
Plato para compartir, similar a la paella pero con arroz o patatas, cocinado en una olla grande con pollo, chorizo, pimiento y hierbas aromáticas. Ideal para celebraciones al aire libre. - Mazamorra
Crema fría a base de almendras, ajo, pan, aceite y vinagre. Menos conocido que el salmorejo, pero tradicional en algunas zonas rurales. - Albóndigas a la Cordobesa
Albóndigas de carne en salsa de almendras y vino, con toques de hierbabuena. Una versión local con influencia morisca. - Tortilla de Patatas Sacromonte
Tortilla con patatas, sesos y criadillas (testículos de toro), típica de la región durante las ferias y eventos taurinos.
Bebida típica:
- Vino Montilla-Moriles
Vino generoso similar al jerez, producido en la denominación de origen Montilla-Moriles. Incluye variedades como fino, amontillado y oloroso.

Estos platos reflejan la fusión de culturas (romana, árabe y cristiana) y el uso de ingredientes locales como el aceite de oliva, las almendras y las carnes de caza o ibéricas. Ideal para disfrutar en sus patios o tabernas históricas.
Los Restaurantes de Córdoba
Antes de partir hacia esta aventura, me hice una lista de recomendaciones de amigos y colegas que conocen bien la ciudad. Aunque solo contaba con tres días y una lista interminable de lugares por visitar, logré disfrutar de cinco o seis paradas culinarias. Vamos juntos:
Bar Santos, el de la tortilla emblemática
Situado junto a la Mezquita, Bar Santos es un clásico que no puedes dejar de visitar. Este pequeño bar es famoso por su esponjosa tortilla española, un plato que los locales disfrutan con una cerveza fría. ¿Te imaginas disfrutar de un aperitivo mientras observas el bullicio de la ciudad? Puedes optar por quedarte en la barra o en la terraza.
La Tinaja
Este restaurante junto al río se caracteriza por su decoración moderna y un servicio impecable. En tu visita, no te pierdas las berenjenas con miel, un plato imprescindible de la región. Después, disfruté de unos deliciosos potes de patatas con salsa brava.
Un plato principal sugerido es el de raviolis de bacalao en salsa de coco, una mezcla de sabores que te sorprenderá gratamente. Para el postre, la Tarta de la Abuela será el broche de oro. La atmósfera relajada hará que la experiencia sea aún más placentera.
Taberna del Río
Como su nombre indica, este bar está cerca del río y es perfecto para disfrutar de unas tapas típicas como el salmorejo y quesos locales. La variedad de vinos de Montilla Moriles es otro punto a su favor. ¿Te animas a probarlo?
Taberna Montillana
Ubicada en la parte alta de la ciudad, esta taberna es un favorito entre los lugareños. Si buscas un flamenquín auténtico, este es tu lugar. Con un ambiente acogedor y precios razonables, disfrutarás de la comida tradicional cordobesa.
La Boca
Para los vegetarianos, este café ofrece un menú diario delicioso. Podrás disfrutar de un guiso de frijoles y una pizza de rúcula mientras te relajabas en su barra.
El Astronauta
Este moderno restaurante, ubicado cerca del Templo Romano, ofrece un menú de calidad a un precio accesible. Si buscas opciones vegetarianas, aquí encontrarás varias y también un ambiente fresco y acogedor.
NOOR
Con dos estrellas Michelin, este restaurante es un verdadero tesoro culinario. Dirigido por el chef Paco Morales, ofrece menús inspirados en la cocina de Al-Andalus. ¡Pero ojo! La reserva es indispensable debido a su popularidad.
Bodegas Campos
Cerca de la Plaza del Potro, este lugar es ideal para disfrutar de tapas en un ambiente lleno de historia. La calidad de sus productos, como el gazpacho y las berenjenas fritas, es excepcional. Además, el servicio es profesional y amable.
Salon de Té
Este encantador lugar en la Judería es el rincón perfecto para relajarse. Con una variedad infinita de tés y pasteles, es un oasis de tranquilidad. No olvides probar los humus y falafel que ofrecen.
Mercado de La Victoria
Este mercado es un paraíso gastronómico. Desde paellas hasta tapas, encontrarás una oferta variada que satisfará cualquier antojo. Además, cuenta con un ambiente vibrante ideal para disfrutar de una comida al aire libre.
Córdoba es sin duda un destino que ofrece mucho más que solo belleza arquitectónica. Su rica gastronomía es una experiencia que no te puedes perder. Así que, ¿qué esperas?